Es invierno, el intenso frío penetra en mi cuerpo hasta tocarme el alma, mientras el tiempo transcurre indiferente haciendo sentir el peso en las horas mas difíciles en la historia de mi vida que me toca vivir...
Pensé en este mundo tan mío que me sirve de refugio, donde la fantasía es un bálsamo que apacigua la cruda y sanguinaria realidad y sirve además para restarle importancia a los riesgos de vida o muerte que se corren.
¿Que es América Latina sino otra cosa que violencia y muerte?..., un volcán en erupción balanceándose en medio de dos ideologías. Imperios malditos, imperios disfrazados con la palabra democracia, asesinato y ambición de poder es el uniforme que los viste a ambos…
Apoyando la nariz contra el cristal de la ventana, comencé a llamarla...
-¡Brillito!!!... ¿Dónde estas?...-
Como un rayo de luz muy finito se dibujaba en el cielo el camino para llegar a mi encuentro...
Se posó en el balcón tropezándose torpemente con una de las ramas del malvón pensamiento que casi se tumba de bruces...
-Buenas noches Cris, después de tanto tiempo... ¿Cómo andan tus cosas?-
Abrí la puerta del balcón y un golpe de aire fresco me estremeció la piel, tendí la mano, se subió sonriente y entramos a la habitación templada...
-Hace frío fuera Brillito, en mi cuarto esta encendido el calefactor y esta muy cálido el ambiente...- Se la veía con ganas de jugar. Corrió por mi brazo hasta llegar al hombro y saltó a mi cabeza girando como una bailarina clásica. Una lluvia de lucecitas celestes casi blancas bañó mi cuerpo y sin dejar de bailar por encima de mí, sus sensitivas carcajaditas hacían eco en el silencio de la noche...
-¿Te gusta bailar conmigo Cris?-
-Que pregunta Brillito, eres lo más hermoso que tengo en la vida... Contigo mi corazón sonríe, mi alma se llena de paz y me transporto al mundo de los sueños donde la angustia y el dolor no existen, la maldad de la guerra no tiene cabida en el lenguaje como palabra exterminadora de vida porque ha desaparecido de los libros su proceder histórico, dejando en la mente un solo pensamiento de amor, de lograr la felicidad aunque sea por ahora una utópica fantasía.-
Intentaba tomarla mientras charlábamos, pero es tan escurridiza cuando juega que resulta casi imposible hacerlo.
-Quiero contagiarte mi alegría, sacarte del letargo que te hacen tambalear las esperanzas... No declines, Cris... Vive siempre de acuerdo a tus convicciones...
¡Aguarda que enseguida vuelvo!...-
Salió surcando el espacio tan rápido que no me dio tiempo a preguntarle nada...
Mientras aguardaba impaciente su regreso recordé que verdad decía Fray Mamerto Menapace: “Los pueblos necesitan una huella; el hombre una estrella”... y Yo, tenía la mía guiando mi insólito destino...
No tardó en regresar, apareció de la mano con una hermanita negra muy extraña, similar a una sombra malgastada y sin rumbo, por lo general las estrellas marcan siempre una orientación para la humanidad, con ellas podemos viajar a los cuatro puntos cardinales y de oriente a occidente o viceversa...
-Cris, te presento a Opaquita...-
-Encantada de conocerte opaquita, no imaginé que existieran estrellitas negras y sin luz. Ponte cómoda por favor.-
-Te agradezco la invitación pero no tengo tiempo, (contesto con vocecita melancólica). Brillito quiso traerme para conocerte porque perdí mi centelleo. Hace mucho tiempo yo era como ella reluciente y feliz, mas un día la tristeza se apoderó de mi... comencé a llorar desconsolada que cuando me di cuenta lo entristecida que estaba, ya era tarde, mi luz se había apagado, no recordaba más como se reía y desde entonces nada me hace feliz... Estoy perdida en las tinieblas, no tengo consuelo, no tengo...-
Entrecerró sus ojitos caídos y mustios y sin poder seguir hablando, corrió a perderse en la noche dejando una estela de brillantina negra...
Quedamos en silencio ante la evidencia tan penosa... Supuse que Brillito traía algo entre manos...
Atajándome comente:
-¡Que lástima!... ¿No la puedes ayudar?...-
-No Cris, está perdida, no sabe lo que quiere...-
Otra vez el silencio ahogó las palabras...
La pausa se alargaba demasiado y no tuve más remedio que confesar:
-Me siento como Opaquita, Brillito, ¿que mas quieres que te diga?...-
-Ya sabía, por eso la traje, para que te vieras reflejada en ella...
-Quiero que comprendas que es mucha la carga, es mucho lo que sufro, son muchas las expectativas... La gente espera resultados definitivos... Si salgo delante de esta aterradora crisis en la oficina, si me enfrento a los milicos vestidos de civiles mansos y no logran destruirme como lo pretenden va a ser la forma de que los demás puedan salir del sometimiento, la opresión y el terror a los que están subordinados. Estos personajes siniestros están desesperados no saben para que lado correr, viven presos del miedo todo lo ven como en un campo de batalla como si todos fuéramos sus enemigos... Son tan obsoletos, tan bastardos y torpes que se sienten acorralados contra la pared y me van a querer cortar la cabeza para hacerme callar... Me veo venir un ataque violento, definitivo, incierto y pienso a veces ¿Podré defenderme de semejante mafia?... Enfrentarme con un dinosaurio vandálico que todo lo arrasa a su paso, me asusta un poco toda esta situación... ¿Ya sabes por todo lo que pase hasta ahora, cárcel, atentado gravísimo a mi vida, persecución, pues que les queda por hacerme, matarme?... Pues que lo hagan, Brillito...-
-No estas sola, tus amigos te acompañan en forma incondicional, se que están también jugándose el pellejo por ti... ¿No lo valoras eso?- Desconcertada me largué a llorar sin cortar el diálogo.
-Estoy cansada, siento miedo Brillito. Claro que si, como no voy a valorar a mis amigos, quiero una tregua, no soporto vivir más así, las presiones son tremendas, todos los días cuando voy a trabajar lo hago con la incertidumbre de por donde voy a acusar el golpe...-
-¿Para que te metiste en esto?... Hubieras bajado la cabeza...-
-¡Eso jamás!, ¿bajar la cabeza? perder mi dignidad, someter la verdad, no tengo porque dejarme manosear por estos personajes tan nefastos, pero me están agraviando, es más que insoportable la situación.-
-Te están perjudicando, te están presionando... ¿Y que?... Eres fuerte, tienes la verdad en tus manos, pues adelante entonces.-
- Esas palabras Brillito, son tan desagradables.-
-¿Desagradables? son feas esas palabras? No importa, trata de buscar la parte positiva para que la lucha te resulte mas llevadera.
Tienes abogada que por asesorarte se esta jugando el puesto. Sabes que si la descubren y comprueban que te ayuda, queda en la calle... Tienes gente que esta jugada e involucrada por el solo hecho de ser tu amiga.
Y de últimas la entidad puede que tan solo sea una circunstancia en tu vida, sigue adelante con tu lucha hasta el final.-
Su vocecita tenía un tono extraño, desacostumbrado quite las manos de mi cara y levante la cabeza...
¡Que sorpresa!... Brillito estaba colorada como una manzana deliciosa... Saltaba con los puñitos cerrados muy concentrada en lo que decía... Las chispitas coloradas golpeaban con fuerza contra los libros de mi biblioteca... Estaba tan distraída y ensimismada en lo que decía que no reparó en absoluto su actitud de irritación, me causó gracia verla tan enojada...
Comencé a reír con ganas.
Ante el sonido de mi risa algo confundida, levanto los ojos comprobando que su impotencia por hacerme reaccionar la había puesto en ridículo.
-¿Por qué te ríes ahora?-
-Es que me causó mucha gracia verte saltar como un resorte-
Quedó pensativa, tomó asiento en un libro gordo y se cruzó de brazos. Me despertó la acostumbrada ternura con que solía estremecerme. Me acerqué y besándola no pude menos que decirle:
-Gracias Brillito, lograste lo que querías, hacerme reír y trasmitirme tu alegría.- -¡Que suerte!...Ahora me siento contenta…- Y fue tomando su color natural…
-Cris, no quiero verte más así, trata de descansar…-
Y bailando, al compás de un bonito vals, dando giros en el aire, se fue alejando haciendo un gesto de adiós con su manito…
Rendida, caí en mi lecho. La lucha contra los hombres sin dignidad me esperaba al día siguiente y contaba en lo personal con algo muy importante, a mi me guiaba una estrella, a ellos un sistema que con el tiempo los llevaría a su propia autodestrucción.
La palabra tiene un límite, la imaginación la sacude y la lleva prodigiosamente por las aguas de la sensibilidad que la estimula haciéndola hasta llorar de placer o dolor, de alegría, de afectividad, de ternura, de amor, de pasión y delirio, de lo irreprimible cuando en su exhalación vuelve a ejecutarse en un lenguaje que pretende desafiar lo efímero, más allá de lo posible para el escritor que hace el amor con ella ahondándola hasta el cansancio nutriéndola cuando la embellece, logrando traducirla de símbolo a energía del espíritu.
Los silencios de las palabras no duermen, despliegan su abanico de significados, de múltiples sugerencias y atisbos, volviéndolas curiosas, apoyándose en la sabiduría para convertirlas en un texto nuevo que tenga su importancia, procurando renovarlas, darles su baño de sentido, son acariciadas volviéndolas apetecibles con besos y razones, unas van en corceles, otras en fragatas, algunas novatas van gateando con su infantil picardía hasta volverlas eufóricas e indetenibles.
Los silencios de las palabras sonríen logrando que asciendan como surtidores para brotar como nuevos astros, hermosas unas que se celebran ellas mismas porque tocan su propia música, se consuelan otras como si una y otra fueran cama y cobijo o remembranza de un placer vivido que engatilla el éxtasis de los labios que han besado, de la piel que ha sido acariciada, del cuerpo que ha sido dichosamente penetrado y luego lanzando hondos suspiros solo atina a decir: “gracias Dios mío” con la ternura del reposo que luego químicamente duerme para despertarse en la vida sin tiempo con el olor a un amor hecho en la escala melódica y trascendente que alienta la desnudez de la plenitud de la nada donde la sensualidad prodiga sus frutos.
Los silencios de las palabras construyen deseos, modifican la pasividad por el entusiasmo, son una clínica de recuperación exaltando la renovación después de las caídas, son pasiones que incluso atrevidas desafían al cuerpo en sus pretensiones respirando en acordes lujuriosos provocadores de contacto, anulando las fronteras de lo imposible para dar paso a lo posible y entretener el placer que gusta de recorrer las zonas de lo prohibido para volverlas lícitas, y allí las palabras se regodean libremente para convertirse en poesía, buscando que ella sea cómplice y testigo de lo que el alocado corazón ha permitido.
Los silencios de las palabras se ausentan, se apartan de todo para quedarse en soledad compartiendo la vida en el espacio y en la introspección meditativa desparrama gráciles sentencias que permiten volver a aspirar la entrega renovada de una nueva palabra que interprete la realidad en la inmediatez dichosa y fogosa reaparece para mirarse en el espejo y encontrar el alma que deja de ser anónima cuando enciende la mística llama de la avenida principal donde el amor vuelve a dar sus pasos trascendentes y acompaña al cuerpo encajándose en su nativa nobleza.
Los silencios de las palabras son sueños, se suspenden ante la prodigalidad de las imágenes que filtran su claridad, volviéndose más libres, más íntimas, nadan en el mundo de la satisfacción plena encontrándose con el amante, abrazándose a su piel desnuda, anudándose a su cuerpo destilando las esencias de la belleza más rica donde se sacia la avidez que se potencia en el gozo concretando al espíritu, mientras el amor sin palabras aprecia porque se ha unido al alma seducidos ante el sacerdocio del corazón de humano origen.
Desde mis silencios se escriben poemas con palabras que tienen su enclave en la riqueza de un lenguaje que quiere expresar al mundo como se ama de tantas maneras, como se describen las emociones extraídas desde lo profundo de un alma que quiere elevarse por encima de las adversidades. Hay un silencio que ennoblece al lector cuando lee la riqueza de estos poemas que se hacen con el corazón abierto, le mente consciente y el alma en la frecuencia elevada de un espíritu que solo desea amar y ser amada.
María Cristina Garay Andrade una mujer que nació para escribir en el silencio y engalanar sus poemas con la combinación inequívoca de la riqueza metafórica que le brinda la musa de la naturaleza que acompaña a su alma desde siempre para las almas que entienden que escribir poesía es estar en armonía con el propio ser divino para que sea interpretada de la mejor manera posible.
MI AGRADECIMIENTO VICKY
DESDE MIS SILENCIOS se renueva con la frescura que dan los cambios propios de la madurez, de la mujer que quiere continuar elevando su talento para seguir deleitando a los lectores que desde tiempo atrás la siguen para emocionarse de nuevo con su estilo inconfundible.
Por el amor en amistad que nos une por más de 20 años en la red, por los momentos críticos que nos han unido en comprensión y por los tiempos felices compartidos, me entregas como regalo este prólogo en el blog como excelsa escritora que siempre he admirado.
Resulta entonces que mis alas de gratitud sobrevuelen conmovidas haciendo desaparecer las distancias. Florece desde aquel tiempo una frecuencia de elevado sentir de afecto que nos liga con lealtad, regocijo y paz.
María Cristina
(Crispis)
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