EL FINAL
Capítulo V

Caminando por la casa en quehaceres domésticos, una inquietud extraña me invitaba a detener lo que estaba haciendo... desplome mi cuerpo en el sillón de mimbre cómodamente y entre mullidos almohadones de pana roja encendí un cigarrillo...

Distendida totalmente me dispuse entonces a llevar a cabo una de mis tantas locuras... narrar una experiencia insólita...

Giré los ojos hacia adentro y miré... Lo que podemos ver por televisión y lo mucho que nos enseñan los libros a las personas que tenemos interés de investigar, me ayudaron a identificar con total claridad cada uno de los órganos internos de mi cuerpo, su función e interrelación entre sí.

En pleno auto aprendizaje elemental de anatomía personal, maravillada por tanta perfección interior, observé que recostado sobre mi corazón, cerca de uno de los ventrículos, un elemento blanco casi como de humo trasparente hizo fijar mi mirada por lo irreconocible.

Nada de lo que había leído me llevaba a adivinar de que se trataba. Confundida por mi ignorancia e intrigadísima por mi curiosidad, envié un rayo de luz a través de mis ojos para localizar tan extraño componente... El cuerpecito se contorsionó como molesto, no estoy en condiciones de describir su real aspecto pero puedo decir que era una figurilla humanoide muy pequeña y semitransparente.

-¿Quién me alumbra? ¿Que es esa luz inoportuna?...- sonó en el retumbe de mi cavidad torácica.

Bendito Dios, pensé estremeciéndome y al darle la luz en su totalidad, desapareció.

-¡Apaga esa luz, que me molesta!-

-Dime por favor ¿quién eres?-
Un tanto indiferente el diminuto ser fantasmagórico comenzó a jugar con mi corazón usándolo de tobogán, trepando por el ventrículo para luego deslizarse con toda suavidad en bajada.

-¡Me vas a dañar!- le observé conmovida.

-¿Que es dañar?...- preguntó arrugando el entrecejo en mueca de desconcierto.

 Me extrañó escucharle el mismo tono de mi voz...

-Dime, ¿quién eres?, no encontré en los libros de anatomía tu nombre científico, no tenía idea que un órgano interno de mi cuerpo morara en forma independiente al resto.-

-No soy un órgano, no soy parte de tu cuerpo, vivo temporalmente en él.-

-¿Y desde cuando estas ahí?...-

-Desde siempre, desde que viniste a este mundo.-

-¡Oye!, estate quieta por un momento, esto no es broma, creo que merezco saber quien es la honorable moradora de mi cuerpo.-

Sentándose en mi garganta, cruzando su piernitas como si fuera Buda, continuó:

-Tu existes porque yo vivo en ti, por eso eres lo que eres una persona, tu eres mi casa provisoria donde residiré solo un tiempo, ¿comprendes?-

-No mucho, alegué intrigada. Explícate mejor por favor.-

-En vista de tu interés por saber quien soy, accederé gustosa a develar tu inquietud, ¡levántate y camina hacia la ventana!-

Mi cerebro obedeció la orden sin cuestionar, haciendo caminar mi cuerpo hasta pararlo frente al vidrio de la puerta que da al balcón. Por fin descubriría de quien se trataba, nunca creí en duendes capaces de desequilibrar la mente humana, pero no podía negarme a la fantasía de vivenciar un cuento como protagonista.

Se paro enérgica y de un salto se prendió nuevamente a mi corazón y comenzó a hamacarlo como si fuera el péndulo de una campana de cristal, luego de corridita subió a mis ojos y mirando por el iris comentó:

-¡Ya viene!, sintió el llamado.-

Volvió al corazón haciéndolo latir tan fuerte que creí que mi pecho estallaría...

Una luz redonda muy resplandeciente caía del cielo hacia mi que expresé: ¡Un ovni!.

-¡Nooo! cerebro tonto, no es un ovni, es la estrella madre.-

Era evidente que tanto mi cerebro como mi cuerpo eran obedientes servidores a sus mandatos. Me entregué a los acontecimientos, dejé que ese adorable fantasmita dispusiera de mi ser a su antojo, como el conquistado se entrega a la seducción.

-¡Levanta tus brazos y recógela en tus manos!... ¡Vamos haz lo que te digo!-

Obedecí la orden como una autómata, estiré mi mano y la señora estrella se posó armoniosamente y esperó...

La Fantasmita se alojó en mis ojos usándolos de ventana como si yo fuera una computadora humana.

-Señora, buenas noches!!!, podría decirme ¿dónde esta Brillito?...-

-Hija mía, Brillito se ha marchado muy lejos!!!-

-¿Muy lejos?, ¿Dónde se ha ido?... Necesito ubicarla, es importante para mi!!!.

-Lo se querida hija, ella se ha ido donde mueren los sueños y la fantasía, no regresará.-

-Siempre acudió a mis llamados.- insistió el fantasmita acongojado y con voz entrecortada.

-Te alejaste de ella, has abandonado su mundo para entrar en otro donde Brillito no tiene lugar.-

-Señora, no la veré mas?-

-Así es, no la volverás a ver como la viste hace un tiempo atrás, por lo menos mientras permanezcas en la tierra. Ella hizo lo imposible por llegar a ti, en varias oportunidades golpeo a tu puerta inútilmente hasta agotar sus últimas fuerzas y no la oíste. Sintiendo tu abandono, rompió a llorar tan amargamente que el Consejo Superior de Estrellas decidió apartarla definitivamente de ti antes que perdiera toda su belleza...-

-Señora, es que este cuerpo me tiene tan ocupada, dígame que puedo hacer, si es necesario hablaré con el Consejo Superior, explicando que no fue mi intención lastimarla.-

-Ya todo es inútil, desvanecida por el dolor que le causaste, fue trasladada en un carruaje con unicornios blancos al país de la paz.-

-¡Deja de temblar y escucha atentamente!- me ordeno la fantasmita.

-¿Podría entregarle un mensaje de mi parte?-

-Haré lo posible hija mía.-

-¿Usted es la madre?-
 Afirmando la señora entrecerró los ojos melancólicamente con gesto de preocupación y tristeza.

Tomando papel y lápiz mi mano escribió:

“No lo olvides, yo te amo. La vida sin sueños no tiene sentido, no quiero perder el sentido de la vida. Regresa pronto... Cris”.
Y se lo entregamos dobladito muy chiquito.

-Gracias, veremos que puedo hacer, su felicidad es la mía, nunca pensé que Brillito estaba tan ligada a ti... ¡Adiós!...-
Voló hacia el espacio, perdiéndose entre el millar de linternas mágicas. Agitando nuestras manos en saludo de despedida vimos como lentamente al alejarse se iba convirtiendo en un punto luminoso hasta perderse definitivamente.

Mi fantasmita quedo en silencio, regresé a mi sillón, gire los ojos hacia dentro y lo vi   recostado abrazando mi corazón. Lo sucedido le había afectado muy hondamente. Levantando su cabecita murmuro:

-¡Toca tus mejillas!, ¡Tócalas por favor!...-
Mis manos acariciaron mi cara sintiéndola empapada, ese fantasmita apenado no era otra cosa que mi alma, aplicó mi lógica.

Conmovida y sensibilizada por el descubrimiento solo atiné a decirle:
-Alma mía, por lo que mas quieras deja de llorar. Ella regresará, la buscaremos y encontraremos nuevamente, no te desesperes.-

-¡Déjame en paz!... Vuelve a tu normalidad, sigue en tu mundo de realidades, estas cosas pocas personas las entienden... Has perdido lo más hermoso que tiene la vida, tu cerebro ha dado la orden de crecer, de dejar de ser niña, de perder los sueños y la fantasía, cierra tu iris, necesito estar sola y que tu mirada se convierta en pared impenetrable.-

Se recostó y quedo dormida o tal vez invernando para algún día volver a despertar. Clavé los ojos en el vidrio comprobando lo cierto, había cerrado herméticamente mi mundo de niña a cambio de un mundo en que los adultos vivimos de apariencias.

Veía la noche estática en su plenitud colmada de estrellas, entre el silencio y el misterio sentí un escalofrió correr por mi cuerpo, ya no podía imaginar un cuento de magia, era un universo majestuoso visto desde la astrología, uno de los tantos enigmas de Dios para desplegar  la belleza de su creación.

MARÍA CRISTINA GARAY ANDRADE

Derechos Reservados de Autora

(1978)

Monte Grande, 31 de mayo de 1985

Es hoy Brillito unos de los más hermosos recuerdos en las efemérides de mi vida, presumo que tal vez mas entrada en años vuelva a encontrarme con ella...

Se que algún día vendrá a buscarme para compartir conmigo definitivamente su mundo...

Me resulta extraño que a los casi cuarenta años pueda recién delinear algo parecido a su imagen, logré casi hacer su fotografía... Nunca pensé que seria tan difícil dibujar una estrella con vida propia... Fue mucho más fácil escribir con magia la ficción...

Hoy ya no desde un departamento en un quinto piso de la gran metrópolis, donde el cielo es limitado y entrecortado por edificios, sino desde una casa que permite ver un cielo abierto, evoco entonces cuando una noche despejada, tome una estrella, la hice mía y le di vida compartiendo todas mis vivencias con ella.

Como para muchas personas esa década infame de América Latina fue también una etapa difícil de mi vida, donde quedaba a veces solo levantar los ojos al cielo buscando a Dios y su amparo, donde vivir en un quinto piso me hacia sentir estar mas cerca de El y me regalo un universo para que eligiera una lucecita que me preservara de no caer en desaliento.

Así nació Brillito y así también Fantasmita ocultándolas a ambas como una hermosa quimera en ese artificio llamado tiempo que condiciona al hombre en su vertiginosa vida a no permitirse el encanto de disfrutar una simple fantasía.

Mi ficción término ya hace mucho, o tal vez no lo sea así, porque ella es eternamente vida cuando se puede elaborar una aventura y ser protagonista.

Lo que me queda por decir es que mirando las noches serenas y despejadas puedo señalar desde donde sea que me encuentre con total exactitud cual es la estrellita brillante que inspiró mi cuento.

De  mi corazón al tuyo, con amor
©MARÍA CRISTINA GARAY ANDRADE©

(1978)