Cuando un recuerdo del ayer se
despierta
El amor estimulado toca sin
tiempo la puerta
Instantes del pasado compartidos
lo incentiva
El último adiós desaparece y
se vuelve a la vida
El silencio se quebranta en
mil pedazos
Al apreciar el sonido del roce
de tus brazos
Aroma de tu piel que envuelve
mi agonía
Del espacio en soledad despierta
la fantasía
En el hoy vibran aun mis
células por tu nombre
Sonoridad apacible que por mi
voz me asombre
Volverte a llamar desde tentado
sentimiento
Ahogado eco se lo lleva por la
noche el viento
¿Qué sol mañanero iluminó
tanto el alma?
¿Qué luz apasionada despertó
tanta calma?
Ese encuentro que me concedió
el camino
Causal en principio de amor
forjó el destino
Inmortalizo ese tiempo de
eterna plenitud
Conjunto de goces demostraban mi
actitud
Deleite de tu risa y tu cálida
mirada manifiesta
Dulzura que sin palabras tenían
la respuesta
Qué fugaz es el tiempo cuando
se recuerda
Esos instantes ocultos para
que no se pierdan
Se guardan como tesoros
regalos de la vida
Y la mente como en película
jamás olvida
Dejar de sentir este amor
encapsulado
Tanto me costó un día haberlo
liberado
Que en absurdo final sucumbe
sin sentido
Quedando aletargado al haberte
perdido
©María Cristina Garay Andrade©
Buenos Aires – Argentina