Atardecer frente a frente en dialogo de
miradas
Rozándonos el sentir en contemplación tocadas
En agradable del parque entre luces languidece
Cálida brisa de verano alejándose se adormece
Tantas historias similares callaran en su blancura
Tantas leyendas comunes colmadas de aventuras
Sentarme en ese banco sin tiempo de ayer al destino
Estático pero sobreviviente al amor que he sentido
Ese banco de mármol en intimidad inmovilizado
No podrá contar la historia nuestra del pasado
Solitario en sombras solo en cuerpos delineando
No revelará las formas que nos iban estimulando
De mi sentir las palabras se van conteniendo
Del amor las más nobles voces enmudeciendo
Sentiré cálidas tus manos tomadas con tibieza
Contacto de pieles tangibles vibrando sutilezas
Estaba enamorada y enmudecida contemplaba
El lenguaje entre miradas como nos encandilaba
Se tocaba el alma unida en un mismo sentimiento
Y el cuerpo atraído incitó sin más el acercamiento
Noche de luna radiante vive conmigo en silencio
Retentiva viva de sentirte casi inmóvil presencio
Es un frío de muerte que al tiempo
pasado congela
Ese frente a frente evocando las miradas me
consuela
Se volaron mis poemas del mármol en ese banco
El viento se los llevó cuesta abajo por el barranco
Solitarios quedamos entre espejismos y encrucijadas
Llegado el álgido otoño dejaré huellas de
madrugadas
¿Fue un sueño ese pasado? y ¿el amor donde se
guarda?
Efecto raro de dolor inexplicable que no se
resguarda
Sereno busca un asilo de albergar que su ahogo
acabe
En un lenguaje sin palabras porque él hablar no
sabe
©María Cristina Garay Andrade©
Buenos Aires – Argentina