DESEÁNDOTE
Qué bello es el amor cuando
el alma acaricia
Frenesí apasionado se
aquerencia con delicia
Media luz musical rondan a los
respiros en roce
La insensatez abrasa acabado
instante de goce
La noche en penumbras busca
refugio a solas
Compadece en lamento desolada
nuestra alcoba
Intangible tu boca la busco
sedienta impaciente
La verdad golpea y huyen sonrisas en el presente
¿Desvanecer el dolor
ahogándolo en otros brazos?
¿Hacen sentir más pesada la
falsedad del fracaso?
Superfluas infidelidades de
atracción disfrazadas
En otro cuerpo
atemporal atando frases simuladas
Atormentado duelo declinando
en desaciertos
Es inútil la entrega de
fingir en desconciertos
El amor no admite
seducciones corrompidas
Auténtica tiene su morada
sin argucias suicidas
De qué sirve la fama en
almas que se fascinan
La felicidad no habita con
quienes te admiran
Es regocijo del ego loando
el río de tu destreza
Recitas el amor transformándolo en grandeza
Qué sentido tiene la vida
con inmóvil melancolía
Los días pasan sumergidos en
injusta analogía
En acústico monólogo de
llamarte sin respuestas
La mente constante sólo tu
nombre me contesta
Entre el delirio del deseo y
la verdad de tu ausencia
Es infecunda espera de
abrazar tu cálida presencia
Imaginando de tu cuerpo las
formas que me lían
El certero amor
deja huellas que jamás se borrarían
Que salida resulta para anular
la proeza
Se guarda el dolor a donde
esconder la tristeza
Amarte como te amé en
frecuencia desmedida
Sin saber que un día me
soltarías en despedida
Que vuelo me entrega alas de
primaveras
Pudiendo forjar nidos mis fecundas
quimeras
Con sobrevuelo agotando
donde sepultar mi pena
En un camino solitario sin
noches de luna llena
Las postrimeras horas te
recuerdan a mi lado
Oscurecen el sendero
forzadamente transitado
Hasta el último momento mi
amor te convoca
Quedará tu aliento evaporándose
entre mi boca
Ya no estás y los suspiros
se ahogan extenuados
Más cuando navegue en un mar
incierto abnegado
Estaré decidida cobijando tu
presente con agrado
Y con amor infinito perpetuando
el pasado
©María Cristina
Garay Andrade©
Buenos Aires – Argentina